viernes, 14 de enero de 2011

El Poder Sutil del abuso Espiritual



La intención de este material, no es la de predisponer a la gente en contra de sus ministros, sino oficiar de elemento equilibrante entre lo que es y lo que debe ser un ministerio pastoral según Dios y lo que suele ser, en algunos casos, cuando los hombres lo ejercen según sus propias sabidurías humanas o, en el peor de los casos, sus íntimos intereses personales.


El abuso espiritual consiste, precisamente, en maltratar a una persona que necesita ayuda, apoyo o mayor crecimiento espiritual, lo cual debilita, sabotea o disminuye el desarrollo de esa persona.
Hay abuso espiritual cuando un líder usa su posición espiritual para controlar o dominar a otra persona; esto incluye el avasallamiento de los sentimientos y las opiniones de la otra persona, sin considerar lo que pasará con el estado del bienestar de vida, emociones o crecimiento espiritual de esta persona. El poder es usado, en esta clase de aflicción, para reforzar la posición o las necesidades del líder atropellando (Es decir: pasando por encima) al necesitado que recurre a dicho líder. Hay casos donde a alguien lo obligaron a adelgazar porque, le decían, ser gordo daba mal testimonio. De allí el estereotipo clásico del ministro cristiano basado, preponderantemente, en una figura estilizada, impecable, irreprochable, que ha llevado en muchos casos a un verdadero narcisismo, pasando antes claro está, por su hermanita menor, la coquetería, indistintamente si masculina o femenina. Ni hablar de los hombres consagrados y obedientes que han sido portadores de gran bendición al pueblo que no se ajustaron jamás a estos patrones estéticos. Cuidado: no hago apología de la mugre, del descuido, del abandono de la prominente barriga. Hablo de lo que tiene entidad en el mundo del espíritu, no en el mundo del “marketing” evangélico. Usted me entiende.


En suma: es abuso espiritual cuando lo que se dice o se hace destruye a otra persona; también al atacar o debilitar la posición de otro cristiano, con el solo fin de satisfacerse uno mismo, sosteniendo la posición que uno tenga o las creencias que uno mantenga mientras que, simultáneamente, debilita o lesiona a otra persona.

1)= No es abuso que un ministro use su juicio, aún en contra de su opinión. Si lo es, en cambio, si esa autoridad se usa para devaluar la espiritualidad de aquel que está en desacuerdo.

“)= No es abuso cuando un ministro confronta a alguien por pecado, malas obras o malos testimonios que deben ser corregidos. El objetivo siempre es salvar y restaurar, no avergonzar o desacreditar.

3)= No es abuso que un ministro le pida a otro que suspenda temporalmente su actividad a raíz de continuos errores o problemas íntimos. Pero la meta, siempre será colaborar para su recuperación y retorno a su tarea en la mejor posición espiritual.

4)= No es abuso sostener ciertas normas de conducta, pero se vuelve abuso si se degrada o se avergüenza espiritualmente a las personas por no sostener las mismas convicciones.

(Gálatas 5: 1)= Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.

(1 Corintios 7: 23)= Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres.

En el capítulo 5 del libro de Jeremías, el profeta despliega una lista de las acusaciones de Dios contra la casa de Israel y dice, - empezando en el verso 26 -, Porque fueron hallados en mi pueblo impíos; acechaban como quien pone lazos, pusieron trampas para cazar hombres. Sigue el lamento de Dios por tal situación: Cosa espantosa y fea es hecha en la tierra; los profetas profetizaron mentira, y los sacerdotes dirigían por manos de ellos. (Versos 30 y 31) Fíjese que el maltrato, aquí, proviene de una posición de autoridad religiosa. El abuso espiritual puede proceder solamente de un lugar de poder real o percibido como tal.

(Jeremías 6: 13-14)= Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores. Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: paz, paz; y no hay paz.

¡Qué triste! Los dirigentes religiosos están tan ensimismados que no tienen tiempo ni fuerzas para suplir las necesidades reales de la gente. El pueblo de Dios, parecería que tiene que arreglárselas con las sobras religiosas. Los evangelios, mientras tanto, y ya en el marco del Nuevo Testamento, muestran una fotografía nítida de gente herida por los sistemas de maltrato espiritual que recurren a otra modalidad; el ataque legalista.

(Mateo 23: 4)= Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas.

Enorme cantidad de personas van a consejería luego de haberse desgastado en los sistemas religiosos que no les aliviaron el transporte de las cargas de la vida sino que, en cambio, los ataron con incontables expectativas del comportamiento religioso. A todo esto, ¿Cuál fue al respecto la reacción, el trabajo “terrenal” de Jesús?

(Mateo 11: 28-30)= Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.

Concreto: Si las relaciones espirituales que usted tiene en el nombre de Jesús no le dan descanso sino, antes bien, le cansan más a medida que pasa el tiempo, entonces no están representando verdaderamente el propósito de Jesús, que vino a levantar de los hombros de la gente cansada, la carga del esforzarse mucho para obtener la aprobación de Dios.

No existe la familia ni la iglesia perfecta donde la gente nunca es herida, pero la diferencia entre un sistema de abuso y uno que no abusa radica en que puede haber conductas que hieran en ambos, pero el sistema de abuso no permite hablar de problemas, heridas, abusos ni malos tratos. De ahí, pues, que la herida no sane una vez producida ni que haya restauración y que la víctima sea llevada a sentirse culpable por cuestionar o señalar el problema. También sobre esto, Jesús tuvo algo, - y bastante fuerte -, para decir:

(Mateo 12: 34)= ¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos?

(Mateo 23: 33)= Serpientes, ¡Generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno?

Las víboras solían buscar refugio en lugares secos y frescos, y cuando alguien, creyéndose a resguardo y a salvo buscaba esos lugares, se encontraba con desagradables y mortales sorpresas como la ocurrida a Pablo. Jesús compara a la iglesia del sistema fariseico con estos verdaderos “nidos de serpientes” y los acusa de herir y envenenar a los que llegan en busca de paz, refresco y sosiego.

Por eso es que Pablo le pregunta a los Gálatas: ¿Dónde, pues, está esa satisfacción que experimentabais? Se dirigía a un grupo de cansados cristianos de Galacia que habían caído víctimas de “víboras” espirituales.

Usted, vamos a ver, ¿Recuerda cuando recién se convirtió a Cristo, en ese gozoso momento en que supo que estaba perdonado? La aprobación de Dios era suya porque usted era Suyo. Usted se sentía liviano y libre. ¡Qué alivio! ¿Adónde se fue esa sensación de libertad? Desapareció cuando usted comenzó a creer a esas personas que le enseñaron a medir la aceptación de Dios por las normas religiosas externas en lugar de medirla por la cruz. Usted perdió esa sensación de bendición y, ahora, mientras más se esfuerza, más se agota.

Jesús dijo, en mateo 7:15: Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. La expresión “lobos rapaces” está empleada en el mismo pasaje en que Jesús habla de la puerta ancha y la angosta por las cuales entra la gente en pos de la vida interior. Él sabía, (Y lo sabe aún) que el sistema religioso siempre enseña que usted puede llegar a Dios haciendo algo. Que su buena posición con Dios depende de lo que usted haga. Pero Él lo deja muy en claro: es como si dijera: Jesús más “algo”, ¡No es Jesús!!

(Hechos 20: 29-30)= Porque yo sé que después de mi partida, entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán el rebaño, y de vosotros mismos se levantarán.

Durante muchos años este pasaje se ha interpretado como a unas ovejas que se meten en el rebaño y que después de algún tiempo se saca su disfraz de ovejas y empiezan a devorarse, como lobos, a los otros. Pero tenemos que comprender que, desde el sitial de la oveja, es muy difícil arremeter contra el rebaño porque alguien lo va a detener. A menos que a ese disfraz, lo use el que manda el rebaño; allí sí es más sencillo comerse a las ovejas, porque nadie osará resistirse. Concretamente, lo que habla este texto, es de los falsos pastores.

(Ezequiel 22: 25-27)= Hay conjuración de sus profetas en medio de ella, como león rugiente que arrebata presa; devoraron almas, tomaron haciendas y honra, multiplicaron sus viudas en medio de ella. Sus príncipes en medio de ella son como lobos que arrebatan presa, derramando sangre, para destruir las almas, para obtener ganancias injustas.

Concretamente lo que le está queriendo decir, tal como lo expresa Jesús mismo en Mateo 7:15, Guardaos de los falsos profetas… es que los lobos están en la casa y, en algunos casos, al mando de la casa. Curiosamente, es en estos lugares donde sobreabunda el legalismo. ¿Nunca se preguntó por qué difu8ndían ellos doctrinas legalistas en la época de Jesús y de Pablo? ¿Era, sencillamente, cuestión de estar bien? La cosa es mucho más seria, mire:

(Gálatas 6: 12-13)= Todos los que quieren agradar en la carne, estos os obligan a que os circuncidéis, solamente para no padecer persecución a causa de la cruz de Cristo. Porque ni aún los mismos que se circuncidan guardan la ley, pero quieren que vosotros os circuncidéis, para gloriarse en vuestra carne.

Es decir que: si usted se comporta como ellos dicen, usted debe: 1)= Hacerlos quedar bien. 2)= La propia justicia de ellos hará que no escudriñen la cruz de Cristo como único medio para recibir el favor de Dios. 3)= Les permitirá examinarle a usted en lugar de examinarse ellos mismos. 4)= Podrán jactarse del rendimiento religioso de usted sintiéndose, por ello, confirmados. La gente que es abusada espiritualmente se siente tan cansada y tan menospreciada por no poder vivir a la altura de las expectativas espirituales de terceros, que ha perdido su sentido de bendición.

(Gálatas 1: 6-7)= Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.

Los ministros son dados a la iglesia para proteger al rebaño de los legalistas que presionan con el desempeño religioso, como el medio para estar bien con Dios o tener su favor. ¿Nunca se le ocurrió pensar cómo ven a Dios los que están presionados por le legalismo? Tome nota por favor.

1)= Como un Dios que nunca se satisface, que sigue estableciendo metas más y más elevadas y que anhela hacerle saber a usted inmediatamente cuando ha errado el blanco.

2)= Como un Dios malo y vengativo que espera que cometamos un error para, entonces, poder hacer lo que de todos modos haría, que es señalar cada uno de nuestros fracasos, o castigar y humillar.

3)= Como un Dios apático que observa cuando se hiere y abusa a la gente pero que nada hace para ayudar porque eso significaría tener que desafiar a una estructura o figura de autoridad.

4)= Como a un Dios que duerme profundamente sin siquiera notar cuando se hiere y se maltrata a la gente.

5)= Como a un Dios que está despierto, cercano y que ve y se interesa, pero que resulta impotente para ayudar cuando se hiere o se abusa a la gente.

6)= Como a un Dios que es como un bebé inestable. Su estado de ánimo es manipulable mediante nuestro más ligero error.

7)= Como un Dios supremamente santo, que es como una alarma espiritual contra ladrones, listo para activarse cada vez que uno piensa en el pecado. Un hombre contó que un profesor de Biblia le había metido la idea de que el Espíritu Santo “Huye al rincón más lejano del universo cada vez que uno comete el más leve pecado porque uno le ha roto el corazón”.

(Efesios 3: 14-19)= Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

Ser abusados espiritualmente puede conducir a una “fe tóxica”, que es una relación peligrosa y destructora con un sistema religioso, no con Dios; esa fe tóxica permite que el sistema controle la vida de la persona en el nombre de Dios. Los sistemas de abuso, también, hacen que se desarrolle una “mentalidad de trinchera” que se caracteriza por ser cerrada y paranoica respecto del exterior, y secreta sobre lo que pasa por dentro. Lo que hay que considerar y entender es que, el trabajador que depende de Jesús van a infligir tanto daño a las puertas del infierno como un pastor que dependa de Jesús.

Lo que verdaderamente importa es que la gente, cuyas vidas y relaciones no funcionan, entiende que su problema no es el mal que los rodea en el mundo, sino que ellos necesitan madurar, fortalecerse y desarrollar la habilidad de tomar decisiones sabias, para crecer dependiendo de Dios como su fuente interior. De otro modo habrá muchos que no solo decidirán irse de una congregación sino, incluso, llegarán a irse del Camino. Mark Twain manifestó una vez que “el gato que se sienta sobre la tapa de la estufa encendida y se quema la cola, nunca volverá a sentarse sobre ella, pero probablemente, tampoco se sentará sobre la tapa de una estufa apagada.”

La pregunta que hay que formularse, entonces, es: ¿Por qué se queda la gente en estas relaciones de maltrato espiritual? De las tantas respuestas, se ha podido elaborar media docena de causas que, entre otras tantas más, prevalecen a la hora de tomar decisiones.

1)= Porque consideran que hay demasiado en juego para irse: amigos, los años pasados allí, las opiniones, - no siempre bien intencionadas -, de la gente.

2)= Porque tienen miedo; les aterran las amenazas del abusador o de los abusadores referidas a dañarles a ellos, a sus padres o quedarse con sus hijos si se van.

3)= Porque se han vuelto tan dependientes del sistema de maltrato espiritual que no saben si podrían irse y sobrevivir emocional y hasta financieramente.

4)= Porque se les ha creado una sensación de culpa tan voluminosa que casi hasta llegan a admitir el maltrato como una especie de cosecha de lo que se ha sembrado, lo que pasado en limpio, sería recibir lo que se merecen.

5)= Porque justo cuando están decididos a irse, mejoran las cosas por un rato, así que siguen cambiando de idea y entonces, mientras tanto, se quedan.

6)= Y porque creen cosas de sí mismos o sus relaciones con Dios que no son verdaderas y que, por lo tanto, necesitan un intermediario “santo” para mejorarlo todo.

Los mensajes subliminales y no tan subliminales que muchos abusados reciben en forma directa o indirecta, son más o menos de este tenor: Que no son amados ni aceptados; que ni siquiera son dignos de ser amados ni aceptados; que solamente son amados y aceptados sólo cuando se portan bien; que no son capaces, valiosos ni dignos; y que están muy solos, que en realidad no pertenecen a ningún lugar, a nadie o a ningún grupo.

Aquí es donde a veces se utiliza la triangulación, que es otra manera de manipular las relaciones. Esto significa, sencillamente, que se envía un mensaje a alguien mediante otra persona en lugar de entregarlo directamente. Es decir: hablar DE la gente en lugar de hablarle A la gente.

Los miembros de los sistemas basados en la vergüenza tienen que negar cualquier pensamiento, opinión o sentimiento que difiera de los que tienen las autoridades. Se ignora o se niega cualquier cosa que pudiera avergonzar a dichas autoridades.

Si usted viene de una base donde se le avergonzaba, en la cual sufrió abuso espiritual, va a tomar todas o algunas de estas reglas:

1)= Dios recompensa la espiritualidad con bienes materiales.

2)= Las cosas no me afectarán emocionalmente si soy suficientemente espiritual.

3)= Nunca puedo ni debo decirle que no a las autoridades religiosas.

4)= Debe confiarse en todos los que están en el ministerio por ser llamados por Dios y ser autoridad competente.

5)= Dios me necesita para que yo haga un ministerio.

6)= La existencia de dificultades en mi vida señala que me falta fe.

7)= Hablar de los problemas, hará que Dios “luzca mal”.

8)= La unidad es estar de acuerdo en todo lo que otros decidan y naturalmente, con todos los que lo hagan.

Las relaciones basadas en la vergüenza se edifican sobre una base emocional que debilita la sinceridad en la relación; estorba la maduración de la relación individual con Dios; y fomenta la dependencia de otra persona que aumenta su poder como falso líder, edificando un sistema enfermizo en que importa más la apariencia que la realidad.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Diego soy Pikober. Enhorabuena por el blog. Interesante este post, sería interesante que en nuestras iglesias de hablaran de estas cosa. Bendiciones.

Anónimo dijo...

Me parece un tema excelente, los miembros de las iglesias estan siendo abusados por sus autoridades y est blog está buenisimo

Anónimo dijo...

Cuanta realidad , cuanta verdad en estas líneas . En mis 35 años de vida cristiana e visto de todo, e visto gente de mi misma familia no volver a sentarse aun ni en fogones apagados cuanto daño hecho .

Diego Cortes. dijo...

Gracias. estas palabras me animan a retomar el blok