Poema dedicado al pastor hermano Pichi.
¡Qué dulce es la dulce fortuna del Pastor mi hermano pichi!
Diambula desde el alba hasta el atardecer escudriñando las Escrituras;
Para darle de comer y debe seguir a su rebaño el día entero,
Y su lengua se embeberá con alabanzas porque el altísimo lo respalda.
Pues oye el inocente llamado del borrego,
Y escucha la tierna respuesta de la oveja;
Vigila mientras permanecen en calma,
Pues sabe que trabaja para el dueño del rebaño.
miércoles, 9 de febrero de 2011
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