martes, 8 de febrero de 2011
"Hay que mantener la apariencia"
La Biblia nos enseña que Dios mira el corazón. El tuvo que exhortar al profeta Samuel que no se deje desviar por la apariencia externa de los hijos de Isaí (1 Samuel 16:8). Jesús reprendió a los fariseos: "Sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia." (Mateo 23:27)
Sin embargo, en muchas iglesias se enseña a cuidar más la apariencia exterior y las costumbres, que el verdadero estado del corazón. Después de pocos años asistiendo a una iglesia, ya sabes cuales son sus costumbre: su orden sagrado de como se celebra el culto, su manera particular de someterse a quien mas familia tiene en la iglesia ocupando esta todos los cargos mas relevantes como es cantar en el coro, ser diacono, ser ofréndero, tesorero, también empiezas a admitir que mecánicamente solo oren en voz alta aquellos que forman parte del grupo o simpatizantes, y mucho más. Y muy pronto aprendes también a despreciar a aquellos que no permiten que formes parte de su grupo dentro de la iglesia.
Cristianos discuten en iglesias, se dividen por asuntos como ¿Por qué aquellos se adueñaron del coro?, la forma que tiene el pastor de siempre visitar a la familia más relevante y numerosa, también de paso porque no decirlo la que más invita a cenar.
"Esta concentración en lo trivial, en el detalle de poco o nulo significado espiritual, sirve en realidad para distraer de los asuntos reales. Esta es otra característica de un sistema de abuso espiritual. Lo insignificante se vuelve relevante, mientras que lo relevante se hace insignificante."
Este énfasis en lo exterior se manifiesta también en la variante cristiana de la regla "Disimula tus emociones". En algunas iglesias se entiende que "humildad" significa andar siempre con la cabeza agachada. Otras iglesias tienen el lema "Más que vencedores"; entonces uno tiene que mostrar siempre una apariencia victoriosa, no importa si en realidad uno acaba de sufrir una derrota. Sea por el uno o por el otro lado: no se permite a los hermanos simplemente ser como son.
A veces son los mismos pastores los que dan este ejemplo. Algunos creen que perderían su autoridad si alguna vez se mostrasen cansados o tristes ante sus hermanos. Y otros dan mucha importancia a su título de "pastor" o "responsable".
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