De cierto, de cierto os digo:
El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte,
ése es ladrón y salteador. Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es.
A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre,
y las saca. Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las
ovejas le siguen, porque conocen su voz. Mas al extraño no seguirán, sino huirán de
él, porque no conocen la voz de los extraños. Juan 10:1-5
El Señor es mi Pastor; nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me
hará descansar; junto a aguas de reposo
me pastoreará. Confortará mi alma;
me guiará por sendas de justicia por
amor de su nombre.
Aunque ande en valle de sombra de
muerte, no temeré mal alguno,
porque Tú estarás conmigo; tu
vara y tu cayado me infundirán aliento.
Aderezas mesa delante de mí
en presencia de mis angustiadores;
unges mi cabeza con aceite; mi copa
está rebosando. Ciertamente
el bien y la misericordia me seguirán
todos los días de mi vida, y en la casa
del Señor moraré por largos días.
Salmo 23
Yo soy el buen Pastor;
el buen Pastor su vida
da por las ovejas.
Yo soy el buen Pastor;
y conozco mis ovejas, y
las mías me conocen, así
como el Padre me conoce,
y yo conozco al Padre; y
pongo mi vida por las ovejas.
Juan 10:11, 14-15
viernes, 6 de mayo de 2011
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